La Leishmaniasis es una enfermedad causada por protozoos del género Leishmania,
 un tipo de mosquito denominado flebótomo.
 
Estos insectos son de pequeño tamaño (2,5-3 mm de largo) que, a diferencia
 de otros mosquitos, no emiten un sonido de zumbido al volar.
 Son de color marrón claro a marrón oscuro.
 Solamente pican las hembras, quienes necesitan sangre para desarrollar
 los huevos.
 
La importancia de esta enfermedad radica en que es zoonótica, es decir,
 afecta tanto a perros como a humanos.Existen dos tipos: Cutánea y visceral.
 
En el caso de los animales, para poder transmitir la leishmaniasis la hembra
 de flebótomo tiene que picar a un animal infectado y después a un perro
 sano.
 Cuando la hembra infectada pica a un perro sano, los parásitos se depositan
 en la piel del perro e infectan al perro.
 
Al ser una enfermedad sistémica grave, la sintomatología clínica es muy
 variada.
 Entre los síntomas podemos nombrar: problemas de piel, pérdida de pelo
 alrededor de los ojos, orejas y nariz, disminución de peso, inflamación
 ganglionar, hemorragias, entre otros.
 De acuerdo al avance de la enfermedad podemos encontrar heridas en la piel
 (sobre todo en la cabeza y en las patas), lesiones articulares, etc, pudiéndose
 complicar hasta llegar a una insuficiencia renal y causar la muerte del
 animal.
 
El período de incubación puede variar entre 3 meses y 18 meses.
 Algunos perros son resistentes y, aunque reciban picaduras de los flebótomos,
 nunca mostrarán síntomas de la enfermedad.
 
En el caso de los humanos, éstos no se contagian por el simple contacto
 con perros enfermos, sino tras el vector, el flebótomo.
 Por lo tanto, no existe ningún peligro de contagio por tener un perro enfermo
 en casa.
La única protección es la prevención
En medicina tradicional resulta muy difícil luchar contra este parásito.
 Las drogas empleadas en la terapia convencional sólo proporcionan alivio
 sintomático, pero no eliminan por completo el parásito no pudiendo prevenir
 las recaídas.
 Asimismo, las drogas utilizadas son muy fuertes y muchos perros no las
 toleran bien.
 
La medicina homeopática trata enfermos y no enfermedades por lo tanto no
 va dirigida específicamente contra el parásito sino al enfermo.
 Equilibra el sistema inmunitario del animal (equilibrando su energía vital).
 De esta forma el animal genera defensas contra este parásito.
 Las experiencias clínicas tanto en medicina humana como veterinaria muestran
 que la homeopatía funciona muy bien a estos niveles en que la medicina
 convencional tiene pocas armas.
 
La Leishmaniasis es susceptible de ser bien tratada con homeopatía.
 Igualmente, los perros tratados constitucionalmente con homeopatía y que
 llevan estilos de vida saludables son menos susceptibles de contraer la
 enfermedad, siendo ésta una manera de prevenir.
 
En síntesis, no hay un tratamiento homeopático específico contra la Leishmaniais.
 Se trata a los pacientes por similitud sintomática, o sea a enfermos y
 no enfermedades.
 Es así como cada enfermo será diferente y cada tratamiento diferente, constituy
endo la prevención como la única protección.