A este paso debe llegar el agua ya purificada por los métodos anteriores
para obtener un producto final de buena calidad.
La eliminación de sales es esencial ya que se ha demostrado que el agua
al hervir desprende vapor cargado de gotitas que llevarían las sales
disueltas. Si bien los sistemas de destilación preveen "trampas" que
interceptan estas gotitas haciéndolas regresas, esto no sería suficiente
si el agua usada como materia prima no fuera eliminada de sus sales
por otros métodos anteriores.
Con respecto a los gases, estos tienen una solubilidad en agua que
disminuye con la temperatura, de modo que a 100°C se elevarían junto con
el vapor de agua los gases, entre ellos CO2 y O2
formando un material corrosivo, oxidante y ácido que atacaría las cañerias
contaminando el condensado.
Es preferible el destilador de vidrio boro-aluminio-silicatado en el cual
no hay metalización.
Sin embargo los gases pasarían al condensado por lo cual se deben eliminar.
Esto se logra por ej. por un sistema dentro del mismo destilador, que
permite la salida de gases del agua caliente, mientras que el vapor de agua
vuelve al destilador.
Los destiladores o alambiques deben ser de material resistente y se deben
mantener continuamente en buen estado. Para pequeña escala se usan
sistemas de vidrio con juntas esmeril (caucho, corcho o plástico introducen
impurezas). Para operaciones industriales se usan de acero inoxidable.
El aporte térmico puede ser vapor, gas o electricidad.
Es preferible calentar con vapor por medio de una caldera que se encuentre
lejos del alambique, ya que la calefacción por gas genera CO2
en la atmósfera y la eléctrica requiere resistencias especialmente blindadas,
dificiles de mantener en el trabajo continuo.
Se deberá tener en cuenta que cuando se detiene el funcionamiento del
destilador, queda agua en todo el sistema que rápidamente se convierte en
cultivo de gérmenes, por lo cual al retomar la destilación se deja marchar
una hora sin refrigeración, desechándose los primeros 20 minutos de
destilado.
El alambique deberá tener un sistema automático de purga, es decir, que
elimina totalmente el agua a intervalos regulares de tiempo, para
desechar el agua que se va concentrando en sales.
La biotridestilación realizada en idénticas condiciones no mejora la
calidad del agua, pero si es efectiva si se varían las condiciones en cada
paso.
Una variante en el sistema lo constituye la llamada termo-comprensión. Se
basa en el empleo de una bomba aspirante impelente intercalada en el
circuito, que aspira el vapor de la caldera y por el vacío creado, la
ebullición se realiza a menos de 100°C. Ese vapor se inyecta a presión
en un serpentín del condensador, la compresión caliente al vapor,
facilitando su condensación al tocar los conductos refrigerados.